“Diario de a bordo de la nave de la flota estelar NCC-1701-Nakoya. Fecha estelar 1345.9, martes.
Nos encontramos en órbita sobre el planeta U-71-7699-3 al que hemos dado el nombre de nuestra Teniente Médico: Susan.
Susan, la teniente, está que te cagas, pero mejor no ir a verla porque rápidamente te quiere meter un transcorder por donde dijimos.”
- Computadora, borra el último comentario.
- Borrado, Capitán.
“Susan es un mundo curioso, me refiero al planeta. En un mes que llevamos aquí nos han tangado 40.000 créditos interestelares, y eso que, al no haber sido descubiertos nunca, es imposible que sepan en qué y por cuánto puede usar esos créditos.
Esto da una idea de los habitantes de Susan. Trapicheros, mentirosos, promiscuos (esto último fue lo que nos dio idea de su nombre), en definitiva. Un peligro.
Creo que estamos seriamente contaminados, y que vuestro consejo de mantenernos aquí, a pesar de que no me gusta, puede que sea coherente.
La Oficial de Comunicaciones, Dimitah Ilitah, ha puesto una emisora de radio global y ha traído a la nave unos 15 susanianos que viven en su camarote como si fuese un habitáculo de refugiados. Además creo que es consumidora asidua de la sustancia que los susanianos llaman “skriittzz” y nosotros “susanita”, un alucinógeno muy potente y desinhibidor que hace estragos entre nuestra tripulación.
La propia Teniente Médico es una adicta a la susanita, de ahí su afición al transcorder.
El Oficial Diplómático, el shrongin U-Top, a pesar de sus estúpidas orejas y sus cejas picudas, ha perdido todo control sobre su sentimentalidad y se lleva el día contándole lo dura que era su vida como adolescente shrongin a la tripulación, que huye como de la peste ghiin.
La computadora ha verificado que se lleva las noches en vela, llorando; le he tenido que relevar de su puesto ya que su baja autoestima había logrado enormes avances de los susanianos en las negociaciones con la Flota Estelar.”
- Computadora, borra lo de las orejas y las cejas.
-¿Lo de “a pesar de sus estúpidas orejas y sus cejas picudas”?
-Sí, creo… gracias.
“El ingeniero Rot Domine está catatónico como consecuencia del abuso de la susanita, la droga. En su camarote ha colocado un nuevo juego de cortinas de forma que, cuando entras, parece que estás en una selva durwaniana. El humo del susanol (otra sustancia estupefaciente local), impregna la habitación. No recuerda quién es ni cómo se pone en marcha el motor cuántico de la Nakoya. Estamos atrapados.
El piloto Svoj Ktakag desapareció en extrañas circunstancias durante una breve visita a Sfiigtrik, la zona más habitada de Susan, el planeta. Al cabo de un par de días susanianos recibimos una llamada de su hijo.
Susan, la doctora, ha comprobado que en el enrevesado genoma del sujeto hay trazas del genoma de Svoj. Hemos dado por válida su paternidad. Se me olvidaba comentar que los susanianos crecen muy rápidamente.
Svoj Junior, como le llamamos dado que pronunciar su nombre provoca la estrangulación inmediata, ha ocupado el lugar de su padre. Parece que se maneja bien con los controles de la Nakoya, si olvidamos el incidente de la pérdida de la unidad de propulsión de babor.”
- Computadora, elimina la última parte del comentario.
- Eliminada.
“El alférez de armamento, Alf Reed, está confinado en los calabozos de la Nakoya acusado de facilitar armas gaser, de alto poder destructivo, a los indígenas. En una inspección de su camarote encontramos un gran alijo de susanita y varios paquetes de susanol. La tripulación protestó durante un par de días ocupando el puente de mando. Svoj Junior contribuyó a la duración de la sentada amenizándoles con sus aventuras adolescentes. Es increíble que 24 horas den para tanto. No detuvimos al piloto porque es lo único que nos queda.
Finalmente, el ingeniero de máquinas Tommy, un androide, está empeñado en ser madre. Ha organizado un grupo de StarNet que le apoya, ya tendrán conocimiento de ello, y va vestido como una putilla rulljana por los pasillos de la nave.
No ha desatendido sus quehaceres, pero se niega a poner en marcha los motores de la Nakoya hasta que algún miembro de la tripulación le ayude a cumplir su sueño. Estoy pensando seriamente en intentarlo. Estamos desesperados.”
-Computadora, ¿está todo preparado para la reunión del Comité Interplanetario?
-Por supuesto.
-¿Cuántos susanianos habrá?
-Creo que demasiados capitán.
-Bien, en ese caso, quizá será mejor que me teletransporte a algún lugar tranquilo de Susan, el planeta.
-Le parece bien los lagos de Kirgeitsil, en la zona templada.
-¿Se está bien allí?
-Analizados los parámetros de temperatura, humedad, luminosidad, radiación, vegetación y seguridad, parece un lugar ideal.
-Gracias, computadora. Eres la única que se salva de este maremágnum. Devuélveme aquí dentro de cinco horas, pienso tomar un baño.
-Es un placer servirle, capitán.
La figura del capitán se desvaneció mientras sonaba un repicar de campanillas.
“Opss…” – pensó la computadora – “Se me olvidó hablarle de los peces shurrrit… espero que no se meta en el lago.”
Peces susanianos en cubeta de laboratorio.
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